viernes, 21 de mayo de 2010

“Ele ahí la grasia salerosa de la hembra juncal”, Peter Paul Rubens, Venecia, primavera de 1.600.

Cierto día, allá por la primavera del año 1.600, y recién llegado a Venecia, Peter Paul Rubens se cruzó con una grácil muchacha tras lo cual pensó “Ele ahí la grasia salerosa de la hembra juncal” (en andalú original). Pero esto sólo alcanzó a pensarlo en español ya que poca gente lo hubiera comprendido en italiano.

En realidad, dicho pensamiento lo heredó de su gran amigo, común con Diego velázquez, el Capitán de los Tercios de Flandes,  Don Juan Gálvez de la Marimorena, hijo natural de Don Juan Gálvez y de Mari, la Morena, originario de Cádiz, donde la “grasia” es natural en la gente de ese lugar del sur de España y que andurreaba por el norte de Europa durante una época de la guerra de los 80 años.

El encuentro con la muchacha duró lo suficiente para acabar con dos hijos. Le gustó el primer ensayo y decidió, posteriormente, casarse a los 32 años con Isabella Brandt de 17 y como no le fue mal, repitió a los 52 años, esta vez con Hélène Fourment de 16 años (Pintor incansable entre otras cualidades en las que también era incansable). La verdad es que con estas experiencias ya empezaba a intuir una de sus más grandes obras pictóricas (“las tres grasias” originalmente), que comenzó a pintar en 1.636 y terminó en 1.639, simbolizando a Aglaya, Talía y Eufrósine, las tres gracias o Caridades de la mitología griega, en el cuadro con el recuerdo de sus tres mujeres (hay que reconocer que tenía buen gusto).

Finalmente la obra se llamaría “Drei Grazien” en alemán (difícil traducción lo de “grasia” al alemán) y “Las tres Gracias” en español.
 
PD.: pensé en reinterpretar esta gran obra tratada bajo mi peculiar punto de vista, pero tras pasar largo tiempo examinándola  detenidamente, me di cuenta de que no se merecía ese tratamiento y por tando preferí dejarla tal cual para disfrute de todos:

Mientras escribía este post, escuchaba a Philip Glass y su obra “The Fog of War”

Otros enlaces de interés son los siguientes:


by errece

sábado, 8 de mayo de 2010

“EL QUE PAGA DESCANSA”, Kǒngzǐ también conocido por Maestro Kong o, en occidente, Confucio, 501 a.c.

Confucio nació en 551 a.c. cuando contaba 72 años para su defunción y murió en el año 479 a.c., cuando contaba 0 años (está claro que a.c. los años siempre se han contado al revés...) y aproximadamente sobre el año 501 comenzó a repartir sus enseñanzas.

De hecho, uno de los primeros pensamientos que desarrolló fue “EL QUE PAGA DESCANSA”, pero comenzó a analizarlo: “...pero si el que paga manda y si el que paga descansa, entonces ¿el que manda descansa o el que descansa manda? Si el que manda descansa, entonces ya no manda porque habrá otro que no descansando ni pagando, se ponga a mandar y por tanto el que descansa dejará de mandar por lo que pagar no le habrá servido para descansar... uf, y eso que no he analizado que pasa cuando “el que la hace la paga”, que no sabemos si descansa, si manda o ni si quiera qué paga... mejor lo dejamos correr...”

Tras este pensamiento terriblemente complejo, Confucio estuvo a punto de dedicarse definitivamente a la agricultura plantando arroz, pero lo meditó dos veces y llegó y dijo aquello de: “Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber” y comenzó su filosofía de expresar sus pensamientos espontáneamente sin “meterse en camisas de once varas” intentando explicarlos y dejando esta tarea para las generaciones posteriores. De esta forma, comenzó sus enseñanzas que perduraron a lo largo de los milenios siguientes.

Ya lo dijo Sócrates, que fue contemporáneo suyo, aunque desde lejos: “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”.

Lo que nunca sabremos es que hubiese pasado si Confucio y Sócrates hubiesen compartido lugar y hubiesen mezclado sus ideas.

Me atreveré a intentarlo yo: “La verdadera sabiduría está en saber que se sabe lo que se sabe y reconocer la ignorancia que es saber que no se sabe lo que no se sabe y he ahí el verdadero saber... o la verdadera ignorancia... ¡o yo que puñeta se! (Confucio - Sócrates – errece). No se para que me meto en estos berenjenales.

Mientras escribía esto, escuchaba a Maria Pomianowska: Chopin en el los 5 continentes.

Otro enlace interesante sobre Confucio.